El año pasado se matricularon en España 21.181 vehículos eléctricos, 13.635 de los cuales fueron eléctricos puros e híbridos enchufables; un ascenso del 62,6% (aunque todavía es un porcentaje muy pequeño del parque total). Esta evolución representa un alto potencial para los fabricantes de infraestructuras de recarga.

En 2019 la tendencia será de subida gracias al mayor despliege de puntos de recarga públicos por la eliminación de  la figura del gestor de carga. Aunque en cuanto a las infraestructuras, se esperan soluciones a gravámenes como el término de potencia, que complican la inversión privada de puntos de recarga, en especial rápida y ultrarrápida, y que será importante acometer para lograr un despliegue eficaz y suficiente de infraestructuras que eliminen la barrera de la ansiedad de autonomía.